El nuevo Presidente de SEAT, James Muir, ha presentado ya sus planes de salvación para la marca. Por ahora se desentiende de alcanzar las 800.000 unidades previstas anualmente para 2018 y tratará de reforzar la imagen de marca, desconocida en muchos mercados europeos.
Además de una mejora en el marketing, la oferta de productos se extenderá aunque no con vehículos de nicho, sino a lo grande. Para ello intentará reforzar las gamas Ibiza y León para que se puedan alcanzar al menos 200.000 unidades de cada uno anualmente, a las que habrá que sumar las del Exeo y el Altea, todos ellos ensamblados en territorio español.
El nuevo Alhambra y el Citycar serán los únicos modelos de la firma en fabricarse fuera de España, el primero de ellos en Portugal y el segundo en Eslovaquia. Con todo esto parece que habrá que aplazar los planes que indicaban una posible producción del Córdoba (o su derivado) en Puebla, México.
En lo relativo a los precios, en SEAT esperan que con el aumento de la demanda se pueda reducir los costes unitarios y, aunque haya descuentos puntuales, sin ellos las tarifas puedan ser atractivas. Muir además ha comentado que se centrará en España como principal mercado y tratará de colocarla como líder, algo lógico viendo el origen y lo que ocurre en otros países con sus marcas propias (Italia con el Grupo Fiat, Francia con PSA y Renault, etc). En el extranjero la inversión consistirá en nuevas campañas que permitan el conocimiento de la marca y una nueva identidad definitiva acercada a la deportividad que verdaderamente se corresponda con los productos.
Sobre lo que publicábamos hace unos días de un León Coupé no se ha comentado nada, pero teniendo en cuenta las previsiones de ventas de 200.000 unidades anuales, es más que probable que sean necesarias más carrocerías para poder alcanzarlas. En cualquier caso, Muir comentó que VW sigue apostando por SEAT y trabajarán juntos para poder alcanzar beneficios dentro de los próximos cuatro años.
Por último el presidente de SEAT también habló sobre los planes de expansión para nuevos mercados. Según parece se centrarán en los actuales (especialmente Europa) y dejan para más adelante su posible entrada en China. La duda que asalta ahora es si todo esto no tratará de beneficiar a Skoda, o al menos, no perjudicarla, ahora que las ventas van viento en popa en China e India y bastante bien en Australia, Nueva Zelanda y otros países de la región ASEAN. De llegar SEAT a los mismos países podría producirse cierto canibalismo entre gamas como ya ocurre con algunos modelos de VW, lo que repercutiría negativamente. Sin embargo bajo mi punto de vista podrían haber centrado las operaciones en América Latina y Central, donde Skoda tiene una presencia inferior a la de la marca española (a excepción de Chile, República Dominicana, Panamá, Paraguay y Costa Rica). La idea de ensamblar en Puebla abría las puertas a la firma para captar nueva clientela, no sólo de un producto que no pagaría impuestos, sino también de los importados.
De momento sólo podemos desearle suerte a la marca y que la nueva aventura con James Muir sea la más acertada para mantener los muchos puestos de trabajo que genera la empresa y la viabilidad de su futuro.
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