Mazda planea una ampliación de capital por valor de 760 millones de euros

Si echamos la vista atrás, veremos que en la última década una de las marcas que más ha mejorado en todo el planeta ha sido Mazda, con diferencia. En el mercado europeo la llegada del Mazda 6, seguido del Mazda 3 permitió a la casa de Hiroshima dar un paso de gigante, y ponerse a la altura de muchas otras marcas niponas a los ojos del consumidor.

Pero en la industrial del automóvil, el que se para a contemplar sus resultados es el primero en ser pisado por los demás. La locura de desarrollo que se vive actualmente para luchar por la reducción de consumos, la hibridación de vehículos y el objetivo a medio plazo de las emisiones cero está llevando a todos los fabricantes a una lucha contrareloj de I+D por no quedarse con el paso cambiado.

Esta carrera está resultando carísima, y es que el que más y el que menos ha de buscar la manera de investigar en nuevas soluciones sin dejar de prestar atención a las tecnologías y modelos actuales. Tenemos ejemplos claros como el de PSA y su relativo abandono del desarrollo de mecánicas de gasolina para centrar sus recursos en el valor e imagen de sus marcas al tiempo que trabajan en híbridos diésel y eléctricos.

Mazda no quiere encontrarse en aprietos, y tras su separación prácticamente total de Ford, busca ahora, según cuenta Reuters, la manera de poder reforzar sus inversiones en I+D para la reducción de consumos e hibridación de modelos. Concretamente, parece que la gente de Hiroshima está dispuesta a realizar una ampliación de capital por valor de 95.900 millones de yenes (o lo que es lo mismo, unos 760 millones de euros) con los que cubrir estas inversiones.

Huelga decir que se nos hace la boca agua pensando en un Wankel de hidrógeno o con inyección directa, y es que si algo sabe Mazda es hacer motores de explosión. Esperaremos con impaciencia los resultados de todo este movimiento.