Hay cosas de Chrysler que no dejan de sorprendernos. Por ejemplo, por qué se les da por presentar una nueva edición especial del Dodge Viper cuando hace nada ya tuvo ocasión de hacerlo en el Salón del Automóvil de Los Ángeles, donde por cierto, se llevó una pareja con traje de civil.
Lo mismo precisamente ha querido reservarse el ACR-X para después porque precisamente no está homologado para carretera, puesto que se trata de un coche de competición puro y duro. La bestia más atronadoramente ruidosa en el zoológico de Chrysler es básicamente una versión aún más radical del ACR, con su mismo motor 8,4 V10 potenciado en 40 caballos (dando un total de 640) mediante un nuevo colector y un sistema de escape menos restrictivo.
El resto de las novedades se resumen igual de rápido: jaula antivuelco de competición (SCCA y NASA Viper Racing League), múltiples retoques aerodinámicos repartidos por toda la carrocería (atento al paragolpes), suspensiones recalibradas, y una reducción de peso de cerca de 70 kg respecto al Viper convencional. Dodge lanzará el ACR-X el próximo año a un precio de 110.000 dólares. El otorrino y los tapones de cera corren por cuenta del cliente.
Entradas
No hay comentarios:
Publicar un comentario