9/6/09

El Tribunal Supremo de EEUU paraliza la venta de Chrysler


Esto ya es el cuento de nunca acabar. Después de que un tribunal de apelaciones diera su visto bueno a la venta de Chrysler a una nueva empresa con la participación de Fiat, los mismos acreedores que se revelaron en un primer momento han llevado dicha sentencia al Tribunal Supremo... con el resultado esperado. La juez Ruth Bader Ginsburg ha considerado que los tres fondos de pensiones del Estado de Indiana que reclamaban la liquidación de Chrysler merecen ser escuchados una vez más, por lo que la venta de Chrysler queda oficialmente en el congelador hasta nueva orden.

La decisión es extremadamente peliaguda. Así como los acreedores podrían recuperar un mayor porcentaje del dinero debido por Chrysler en caso de que el fabricante entrada en liquidación (de otra forma sólo recibirán un porcentaje mínimo de lo adeudado), la compra por Fiat no puede esperar ad infinitum. Fiat, según lo estipulado, tiene derecho a abandonar la adquisición de Chrysler en caso de que la transacción no se haya completado para el día 15 de junio, que cae... el lunes de la semana que viene. Marchionne, por suerte para Chrysler, ha salido corriendo a decir que "nunca nos retiraríamos", lo que debería dar cierta confianza a los trabajadores del grupo.

El meollo de todo este asunto, porque hay que aclararlo, se encuentra en que estos tres fondos de pensiones consideran que el plan de reorganización de Chrysler es ilegal, dado que su venta recompensa antes a los tenedores de deuda no asegurada. Además, creen que el Departamento del Tesoro se excedió en sus funciones al proporcionar a Chrysler una serie de ayudas económicas procedentes de una partida extraordinaria aprobada por el congreso para el rescate de las instituciones financieras. No somos abogados ni vamos a hacer como que conocemos los entresijos de las leyes estadounidenses, pero esto nos huele a cuerno quemado.

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