27/11/09

La venta de Saab fracasó por las fricciones entre GM y BAIC



Koenigsegg abandona la compra de Saab. Este el titular de la semana sin la menor duda. La retirada de las negociaciones del fabricante sueco de superdeportivos justo cuando estaba todo listo para completarse la compra de Saab, nos dejó a todos tan sorprendidos como preocupados por el futuro de la firma de Trollhattan. Pero... ¿de quién es la culpa de este desastre? Pese a que las miradas acusadoras no tardaron en dirigirse en dirección a Detroit, el diario Göteborgs Posten señala mucho al este. A Pekín, para ser exactos.

El periódico sueco publica que buena parte del fracaso en las negociaciones recaería en el fabricante chino BAIC, que como ya sabes, ofreció un préstamo multimillonario a Koenigsegg a cambio de entrar con una participación minoritaria en el grupo, y según los rumores, quedarse con el Saab 9-5 viejo. General Motors no tenía en un principio el menor de los inconvenientes, pero por lo visto, BAIC, teniendo claro que su dinero era clave para completar operación, comenzó a exigir. Quería acceso a tecnología, patentes, ideas, marcas.

General Motors no estaba por la labor de hacer concesiones que la larga pudieran resultarle peligrosa, mientras que Koenigsegg se encontró en la extraña situación de haberse convertido en intermediaria entre el grupo estadounidense y BAIC. Con las negociaciones totalmente torcidas y el cronómetro echando chispas, finalmente Koenigsegg optó por marcharse de la sala antes que seguir con la operación y arriesgarse terminar con dos quiebras por el precio de una. Algo totalmente comprensible.

¿Qué pasará ahora con Saab? El gobierno sueco se muestra confiado en que General Motors tiene alguna clase de Plan B que no contempla la liquidación de la empresa, pero claro, nadie quiere enrarecer el ambiente a días escasos de que la junta directiva del grupo tome su decisión final. Lo único seguro es que Saab se está quedando sin tiempo y sin opciones.

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